Javier Garat, secretario general de la Confederación Española de Pesca (Cepesca): “Cerca del 80% de las capturas desembarcadas en el mundo provienen de una pesca sostenible. Hay margen para seguir mejorando”
Javier Garat, secretario general de la Confederación Española de Pesca (Cepesca)
A inicios de año comenzó la segunda fase de RED-USE, un proyecto liderado por la Confederación Española de Pesca, que busca aumentar la sostenibilidad ambiental de la actividad pesquera a través de la gestión sostenible de artes de pesca y aparejos. Con Javier Garat, secretario general de Cepesca, hablamos sobre este proyectos, pero también sobre el sector pesquero, sobre retos, avances y conservación medioambiental.
Ha sido reelegido por unanimidad presidente de la Coalición de Internacional de Asociaciones Pesqueras (ICFA), ¿cuáles son los principales retos a abordar por el sector a nivel mundial?
ICFA es una organización de ámbito mundial que representa a organizaciones como Cepesca de las principales naciones pesqueras del mundo. A las organizaciones de 14 países diferentes que ya eran miembros, se han unido recientemente otras 13 organizaciones de 11 países de Latinoamérica que forman parte de ALPESCAS, la Alianza Latinoamericana para una Pesca Sostenible. Tenemos el estatus de “observador” en foros internacionales como Naciones Unidas, FAO, CBD, etc., teniendo la oportunidad de hablar, pero no de votar, en las distintas reuniones que se organizan. Esto nos permite informar a las partes contratantes de la posición del sector pesquero sobre cada uno de los puntos que se tratan.
Los retos que tenemos por delante son relevantes. Quizás el más importante y global es el del relevo generacional y la escasez de tripulantes. También el conseguir un equilibrio entre la protección de la biodiversidad, el uso sostenible de los recursos naturales pesqueros y la seguridad alimentaria. Cada vez se están dando más pasos en esa dirección, pero tenemos que seguir peleando por ello. En tercer lugar, el dar a conocer a la sociedad la realidad del sector pesquero, el comunicar todas las cosas buenas que tenemos. Los ciudadanos tienen que saber que hablamos de la proteína animal más saludable que existe en el mundo y con menor impacto de huella de carbono en su producción y que, además de aportar importantes beneficios nutricionales, su consumo produce felicidad. Desgraciadamente, la sociedad suele recibir unos mensajes negativos y apocalípticos que no se corresponden con la realidad. Por último, el gran objetivo debe ser conseguir que el 100% de las poblaciones de peces del mundo estén bien gestionadas. Esto sería lo que garantizaría el equilibrio que mencionaba antes. Según la FAO, cerca del 80% de las capturas desembarcadas en el mundo provienen de una pesca sostenible. Pero el 34% de las poblaciones de peces en el mundo están sobreexplotadas. Hay margen de mejora en este sentido.
Cuenta con una enorme experiencia y conoce el estado actual del sector en España y Europa. ¿Cuáles son los pasos prioritarios para alcanzar una pesca más sostenible y comprometida con el medio marino?
La situación real es bastante mejor de la que se nos pinta. Los pescadores no son los ogros que se dedican a destruir los fondos marinos y a sobreexplotar todas las especies. Más bien, al contrario, son personas comprometidas con el medio marino, del que dependen para obtener su sustento, y que intentan hacer las cosas lo mejor posible. En la UE se han conseguido muchos avances en los últimos años, que han supuesto grandes sacrificios por parte de los pescadores. No es casualidad que casi el 100 % de los desembarcos de las poblaciones de peces del Atlántico Nordeste gestionadas exclusivamente por la UE se hayan explotado en niveles de redimiendo máximo sostenible. Para ello, se ha reducido la mortalidad y el esfuerzo pesquero en un 50% y la biomasa de las poblaciones de peces se ha incrementado un 50%. Muchos pescadores han perdido su trabajo, muchos buques se han desguazado y el impacto en las comunidades pesqueras ha sido grande. Ahora lo que hay que hacer es seguir trabajando para que la situación siga con esta tendencia.
Se ha demostrado que las reservas marinas contribuyen a la recuperación de las pesquerías. ¿De qué manera?
Las reservas marinas de interés pesquero son figuras donde se ha puesto en práctica un desarrollo sostenible, puesto que buscan el equilibrio que mencionaba antes entre la conservación de la biodiversidad, la explotación sostenible de los recursos naturales y la seguridad alimentaria.
Se ha constatado científicamente que, en la mayoría de las zonas donde se han establecido las reservas, mejora la biodiversidad y la abundancia de las especies de interés pesquero. Considero que son, en general, figuras positivas y aceptadas por el sector pesquero.
Hablemos de las nuevas tecnologías, ¿qué papel están teniendo en el proceso de modernización del sector? ¿algún ejemplo práctico implantado ya en España?
Las nuevas tecnologías forman parte de nuestro día a día en la pesca y están contribuyendo a ser más sostenibles (desde el punto de vista medioambiental, social y económico), a tener menos impacto en la biodiversidad y a ser más eficientes desde el punto de vista energético.
Son muchos los ejemplos que tenemos, pero me voy a centrar en un par de ellos: El primero, fruto de nuestra colaboración con la empresa española SATLINK, empresa tecnológicamente puntera y líder en su ámbito, que ha desarrollado interesantes proyectos como el del “barco digital”, el observador electrónico, los dispositivos de seguimiento de los buques por satélite (la “caja azul”), los dispositivos de pesca sostenible de túnidos o los equipos que permiten realizar las declaraciones de capturas de forma electrónica (el “DEA”).
El segundo, también fruto de nuestra colaboración con KONSBERG (SIMRAD), ha permitido poner en muchos de nuestros arrastreros, las conocidas como “puertas voladoras”. Son unas puertas de arrastre, con una serie de sensores, que permiten que se reduzca considerablemente el impacto en el fondo marino (prácticamente no tocan el fondo) y que mejoran la eficiencia energética, consumiendo menos combustible y, por tanto, generando menos CO2. Así mismo, sus sonares permiten a nuestros patrones poder ser más selectivos y tener información suficiente para poder elegir en qué momento pescar y sobre qué especies.
¿En qué consisten los proyectos piloto que se implantarán en esta segunda fase de REDUSE?
La parte transformadora del proyecto consiste en llevar la teoría del protocolo de gestión de redes y aparejos de pesca a la práctica, a través de diez pilotos en puertos/entidades españolas. Tras una selección previa de candidatos, buscando la mayor representatividad autonómica y por tipología de puerto/entidad: desde puertos más pequeños, en los que solo se usa un tipo arte de pesca, a puertos con una mayor complejidad, donde la gestión implicará dar solución a distintas flotas que conviven en el mismo puerto. Esto se hará siguiendo metodologías de gestión del cambio y de innovación ágil, y dando gran importancia a los usuarios, quienes tendrán que cambiar sus formas de trabajar para seguir los nuevos estándares definidos en los protocolos. En esencia, los pilotos consistirán en:
- Diseñar y planificar los protocolos de gestión sostenible de las artes de pesca y aparejos, teniendo en cuenta las particularidades de cada piloto.
- Formar a los participantes en los procesos y estándares que deben seguir.
- Implantar, junto a empresas colaboradoras, los modelos de gestión en cada piloto.
- Facilitar sesiones de coaching para validar que los estándares se están siguiendo de acuerdo con sus respectivos protocolos.
- Auditar cada proyecto piloto y tomar los datos necesarios para calcular el impacto social, económico y ambiental de cada sistema de gestión
Tras la primera fase de esta iniciativa, ¿cuáles son las principales barreras que habéis encontrado para implantar una solución de gestión de aparejos pesqueros?
Tras un primer contacto con los distintos agentes del sector involucrados en los sistemas de gestión de redes y aparejos en los puertos españoles, especialmente de los proveedores de redes, se ha detectado que una de las principales barreras encontradas fue la reserva que presentaron a participar en el proyecto, debido a su preocupación sobre en quién recaerá la responsabilidad ampliada del productor en los regímenes de responsabilidad ampliada del productor para los artes de pesca contemplados de la nueva Ley de Residuo. Otra barrera manifiesta ha sido encontrar empresas innovadoras que realicen una gestión responsable de las artes de pesca y aparejos. Si a esto le sumamos la dispersión geográfica de los puntos de recogida, estamos realizando un trabajo importante de estandarización y análisis de opciones sostenibles.
¿Qué papel deben tener los productores de aparejos en esta gestión responsable? ¿Es posible y rentable utilizar materiales biodegradables en su producción? ¿Se han realizado avances en materia de ecodiseño?
Su papel es crucial, ya que son el inicio de la cadena, con la puesta en el mercado de los diferentes materiales que componen un aparejo. Los productores son una pieza fundamental para lograr que lleguen a los pescadores redes más sostenibles, mediante el uso materiales con mayor capacidad de reciclabilidad y reduciendo la mezcla de materiales en las redes para facilitar así la gestión posterior por parte de gestores o recicladores de redes.
Uno de los objetivos deseables en la definición de un modelo de gestión sostenible de redes y aparejos de pesca sería desarrollar un prototipo de arte de pesca resistente y biodegradable en el medio marino y que responda a las necesidades de los pescadores y que cuya producción sea económicamente rentable. Distintas iniciativas a nivel europeo están llevándose a cabo con este objetivo, por lo que es esperable que en un futuro próximo se alcance el objetivo.
Esta gestión responsable pasa también por el papel de los profesionales del sector, ¿cómo está trabajando Cepesca en materia de concienciación?
Cepesca viene desarrollando varias iniciativas que promueven la sensibilización, formación y fomento de una gestión sostenible de residuos, así como de la prevención de la contaminación marina. Durante el desarrollo del proyecto se está trabajando en la concienciación de los agentes implicados a través de sesiones de formación sobre la importancia de reducir, recuperar y reciclar los residuos derivados del fin de la vida útil de sus redes y aparejos de pesca.
Además, el proyecto está comunicando de manera sistemática todas las acciones del proyecto desarrolladas, en redes sociales y en medios convencionales, alcanzando así tanto al público profesional como general.
Cepesca es agente implicado en INTEMARES, el mayor proyecto de conservación marina de Europa. ¿Cómo valora la gestión desarrollada de la red de espacios marinos protegidos en nuestro país?
INTEMARES está trabajando desde sus inicios en el desarrollo de una gestión más participativa de estos espacios. La integración de los sectores socioeconómicos como actores fundamentales en el desarrollo sostenible en los espacios marinos protegidos es uno de los aspectos más innovadores del proyecto. Valoro positivamente las Estrategias de Capacitación y Gobernanza generadas en el marco del proyecto y espero que, con el desarrollo de las iniciativas piloto, podamos ir avanzando en una gobernanza participativa que compagine la protección con la seguridad económica de las poblaciones costeras que dependen del buen estado de nuestros ecosistemas marinos.
Por otro lado, la ONU está pendiente de debatir un instrumento de protección marina más allá de aguas jurisdiccionales (BBNJ). ¿Cuál es su posición al respecto?
Nuestra posición es clara. A diferencia de lo que ocurre con otras actividades económicas en alta mar, la pesca está ya muy regulada por las normas internacionales (entre otras, la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y el conocido como Acuerdo de Nueva York sobre especies altamente migratorias y transzonales) y por las Organizaciones Regionales de Pesca (ORP), que regulan y gestionan la pesca en alta mar en prácticamente todo el mundo. Por ello, creemos que la pesca debería quedar excluida de este nuevo instrumento jurídico vinculante. Estamos contemplando cómo algunos grupos de presión están intentando hacer creer que las ORP no funcionan y que, por tanto, hace falta otro instrumento jurídico para regular las actividades pesqueras en alta mar. En particular, están promoviendo la creación de muchas áreas marinas protegidas como si fueran la solución a todos los problemas que existen en nuestros mares. La realidad es que las ORP son el mejor instrumento jurídico que existe para gestionar la pesca en alta mar y los casos de éxito ahí están para demostrarlo.