María Luisa Álvarez Blanco, Directora de FEDEPESCA · PROYECTO KNOW TO PROTECT

Lunes, 1 Enero 2018

 

Actualmente ostentas el cargo de Directora de FEDEPESCA, Directora Adjunta de Adepesca y Vicepresidenta de PTEPA ¿Qué retos conlleva representar los intereses de un total de 8.000 empresas?

 

Es una gran responsabilidad y un gran honor poder representar al colectivo de pequeñas empresas de comercio especializado en productos pesqueros. El principal reto es ser capaz de defender los intereses de tantas personas, pues trabajan más de 25.000 personas en nuestro sector, con responsabilidad, una perfecta argumentación técnica y la capacidad de explicar, en un sentido y otro, por qué demandamos reivindicaciones justas y por qué no siempre conseguimos nuestros objetivos y, en ocasiones, ser capaces de explicar a nuestro colectivo por qué determinadas exigencias son necesarias aunque puedan no gustarnos. También exige mucha visión transversal y de futuro, sin olvidar nunca nuestra historia.

 

La labor en una asociación va más allá del ámbito profesional, exige una fuerte convicción, una gran involucración, mucho sentido del deber y una alta motivación para no decaer nunca, pues los retos a los que nos enfrentamos son complejos, pero es apasionante, un trabajo precioso, no paras de aprender, tengo mucha suerte. Es un trabajo en el que crees estar defendiendo demandas justas y ayudando a autónomos con una vida muy sacrificada y que necesitan de mucho apoyo para hacerse escuchar, en un mundo tremendamente competitivo.

 

En 2014 afirmabas que la falta de formación, entre otras cuestiones, es el motivo de que no haya profesionales suficientes para cubrir las vacantes del sector. “(…) Realmente hay fondos pero no se llega a poner sobre la mesa un verdadero certificado de profesionalidad que aporte una buena formación”. (Fuente: El Independiente). El 21 de febrero de este año se ha firmado una colaboración que se enmarca dentro del interés del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente de impulsar la organización y difusión de cursos de formación continuada y capacitación con el objetivo de avanzar en la competitividad y asumir los retos del mercado.

 

“El secretario general de Pesca del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Alberto López-Asenjo, junto con el Rector Magnífico de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), Alejandro Tiana Ferrer, y la directora gerente de la Federación Nacional de Asociaciones Provinciales de Empresarios Detallistas de Pescados y Productos Congelados (FEDEPESCA), María Luisa Álvarez Blanco, han suscrito hoy un Convenio de colaboración  para la realización de actividades que impulsen la mejora de la formación en el sector de la pesca.”  (Fuente: MAPAMA).  Uno de los retos que se presentaban en 2014 se está abordando gracias a este convenio. ¿Qué otros retos le quedan al sector? ¿Cómo se podría trabajar en solucionarlos?

 

El comercio mayorista y minorista de alimentación perecedera realmente ha estado abandonado en el ámbito de la formación profesional. Esto es gravísimo, porque no hemos podido contar con jóvenes cualificados que vayan sumándose al mercado laboral con una formación profesional adaptada a los retos que han ido surgiendo, comprometiendo seriamente el relevo generacional y la supervivencia del sector.

 

El mercado ha cambiado profundamente y hoy ya no es suficiente con saber mucho de producto. Tenemos que saber de seguridad alimentaria, de sostenibilidad ambiental, económica y social, de marketing, digitalizar nuestras empresas. En fin, mientras otros sectores como la Hostelería disponen de numerosa oferta pública y privada de formación profesional, la comercialización de productos frescos, que emplea a medio millón de personas, no cuenta con esta oferta. Tras muchos años de demandarlo el Ministerio de Educación va a publicar el Título de Técnico en Comercio de Alimentación.

 

También estamos trabajando en la revisión de la Cualificación Profesional de Pescadero para que se adapte a las necesidades del mercado laboral y que se flexibilicen los requisitos para las instalaciones que se necesitan para impartir el Certificado de Profesionalidad, que es la formación que acredita la cualificación en el ámbito del Empleo, no de la Educación.

 

La firma del convenio con el MAPAMA y la UNED es realmente muy importante, pues cuando consigamos desarrollarlo, ofrecerá la posibilidad de ofrecer una formación continua en una plataforma e-learning en cualquier lugar de España, con el aval de la Secretaria General de Pesca y de la Universidad a Distancia (UNED). El sector necesita herramientas como ésta, que además de permitirnos formarnos y adaptarnos, lo pongan en valor y lo prestigien.

 

Una formación adecuada es uno de nuestros grandes retos y, tras muchos años, parece que por fin vamos a conseguir ofrecer soluciones.

 

En el anterior proyecto de FEDEPESCA, “Pescaverde”, que contó también con la colaboración de la Fundación Biodiversidad, del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, cofinanciado por el Fondo Europeo de Pesca (FEP), trazabais dos ejes: la política pesquera común y la sostenibilidad y la información alimentaria, es decir, trazabilidad de los productos. Una de las amenazas detectadas durante el desarrollo de este proyecto fue el desconocimiento por parte del consumidor final de que el pescado capturado y comercializado en España es, por definición, sostenible. Actualmente, ¿El consumidor conoce y valora las normativas que garantizan la sostenibilidad y cómo esto afecta al precio del producto? ¿Necesita un sello para confiar?.

 

Desgraciadamente no. Como se recogía en esa entrevista, el pescado legalmente capturado o producido en Europa es sostenible por definición. El consumidor no conoce que la normativa y el control pesquero y acuícola europeos son de los más exigentes del mundo. Un espejo en el que se miran los países.  Está regulado donde pescar, hasta qué cantidades, con qué artes de pesca, cómo producir en las granjas de acuicultura y, siempre, tras dictámenes científicos. Debemos de confiar en nuestro sistema sin dejar de pensar siempre en cómo mejorarlo de forma continua. Es sorprendente que los argumentos de algunas ONGs tengan más peso que los estudios científicos. No se necesita un sello para ser sostenible.

 

Por otra parte, el propio sector tiene que garantizar su pervivencia por lo que es el primer interesado en que se controlen y regulen sus actividades, y ha hecho grandes esfuerzos y sacrificios para que avanzar en la senda correcta. Pongamos en valor eso. No creo que necesitemos estándares privados que no siempre se entiende muy bien lo que certifican, que son una sobre-certificación a las exigencias de los gobiernos que, por cierto, tienen un coste muy importante y que defienden sus propios intereses. Estas certificaciones privadas son muy caras e impactan en el precio del producto final, por lo que el consumidor estaría pagando dos veces. A través de sus impuestos pagando el control pesquero y a través del coste de un extra de certificación. Hay mucho marketing “verde” y necesidad de grandes empresas de evitar el ataque a su reputación.

 

En todo caso si se necesitara un sello, deberíamos inspirarnos en sellos como el de Islandia o el de Alaska, que siguen las directrices de FAO, preservan el origen y ofrecen la posibilidad de certificarse sin coste adicional. Bajo nuestro punto de vista deberíamos de impulsar la creación un sello europeo que ofrezca confianza, que certifique los valores europeos, es decir, la sostenibilidad entendida desde un punto de vista medioambiental, social y económico. Y, muy importante, que entiendan los consumidores.

 

En relación con la información que se facilita al consumidor, en una entrevista con Carlos Núñez de RTVE para el programa “Españoles a la mar” hace cuatro años, afirmabas: “A veces, demasiada información nos puede llevar a la desinformación, por lo tanto se deberá seleccionar la información que más valor pueda proporcionar al consumidor.” ¿Cuál sería la información más importante? ¿Cuáles son las complicaciones que conlleva la trazabilidad?

 

Vivimos unos tiempos extraños. Se dice que el consumidor actual es el más informado de la historia, yo no estoy de acuerdo. Es el que más información tiene a su disposición, pero no siempre es una información veraz ni contrastada y no siempre es fácil de comprender.  Una cosa son los datos, otra la información y otra la comprensión. Ya se oye hablar de que debemos de trabajar por alcanzar la “sociedad de la comprensión”.

 

Estamos inmersos en la era de la post-verdad, en la que los “prescriptores” de información no siempre son fiables ni imparciales y en la que el lado “malo” de las cosas vende, y mucho. Estamos dispersos, sobreestimulados y sobreinformados. Necesitamos referentes serios y fiables. Volver a confiar en los expertos.

 

Respecto a la información más importante, sin ninguna duda, la más valorada es el origen. La información que recoge actualmente la legislación es bastante adecuada y siempre podemos ofrecer información voluntaria, que ponga en valor lo que cada empresa entienda como relevante.

 

Hablando de las complicaciones que conlleva la trazabilidad no es fácil resumirlas. Básicamente sería la dificultad de transmitir en tiempo real de forma electrónica la información de trazabilidad entre operadores y, fundamentalmente, ayudar a los operadores a cambiar de mentalidad y de forma de hacer las cosas. Esto siempre es lo más difícil. Las personas se mueven muchas veces por inercia y enseñarles a cambiar hábitos es muy complejo. Exige mucha paciencia, dedicación y comprensión. Informar, formar, animar y motivar es lo difícil y costoso.

 

 

Vuestro proyecto “Know to Protect” continúa la labor comenzada en “Pescaverde”. Su objetivo es principalmente poner en valor la pesca y la acuicultura europea, así como sensibilizar e impulsar los productos pesqueros y acuícolas sostenibles ¿Cómo ves la evolución del proyecto? ¿Qué resultados esperas obtener?

 

Estamos muy contentos de la oportunidad que nos ofrecen estos proyectos de sensibilizar a consumidores y operadores del sector. Como decía antes, exige mucho tiempo y recursos, pero vale la pena ver cómo puedes cambiar las cosas y ayudar a que las personas reflexionen sobre temas que les resultan complejos. Nuestra misión es hacer lo difícil sencillo, comprensible a los ciudadanos.

 

Es muy satisfactorio tener la oportunidad de trabajar con otros compañeros del sector y de la sociedad y analizar la sostenibilidad pesquera y acuícola desde todos los puntos de vista. Siempre aprendes.

 

Ya hemos celebrado nuestro primer grupo de trabajo, estamos cerrando la propuesta de folleto informativo sobre biodiversidad marina, y de lanzar la encuesta a los consumidores sobre lo que entienden por sostenibilidad pesquera y acuícola. En breve celebraremos nuestro segundo grupo  de trabajo para avanzar en un recetario de especies procedentes de la Red Natura 2000 y definir las pruebas piloto.

 

Confiamos en que, gracias a este proyecto seamos capaces de que se entiendan mejor conceptos como sostenibilidad, Red Natura 2000, reservas marinas y por qué debemos de estar orgullosos de nuestros esfuerzos por minorar los impactos de nuestras actividades.

 

¿Un mensaje final que quieras compartir? (Consejo, conclusiones o llamamientos).

 

En primer lugar felicitar a la Fundación Biodiversidad porque el acompañamiento durante el desarrollo de los proyectos es impecable. Te facilita mucho el trabajo poder aclarar cualquier duda por escrito y en un plazo breve, con un técnico que colabora para, juntos sacar adelante el proyecto. Te da mucha tranquilidad de cara a la justificación de los proyectos y es de agradecer.

 

Me gustaría aprovechar para recordar que la reformulación de los proyectos dificulta muchas veces la ejecución de los mismos en la forma en que habían sido concebidos, y esta reformulación suele ser sistemática.

 

Y, por último, recordar que la cadena pesquera y acuícola estarían incompletas sin la comercialización, que es el eslabón más pegado al consumidor final y juega un papel muy importante en la información, sensibilización y en el impulso de la innovación para adaptarse al mercado.