Sergio Paris · Proyecto Gartabro_2017 (CEIDA)
Educador ambiental y coordinador de proyectos vinculados a la conservación, divulgación y sensibilización del medio natural ¿Cuándo surge tu interés por concienciar a la ciudadanía sobre la importancia del medio ambiente? ¿Cómo consideras que tu labor social está contribuyendo a una mejora ambiental? ¿Consideras que la sociedad está avanzando hacia un mayor uso racional de los recursos naturales?
Mi interés por la conservación de la biodiversidad y del medio en el que vivimos, y de las relaciones que establecemos con éste, ha estado siempre ahí desde que era niño. Formo parte de la generación de españoles que crecieron con los documentales de Félix Rodríguez de la Fuente y Jacques-Yves Cousteau. Además tuve la suerte de crecer en un municipio (Oleiros) y unos años (los 80) de gran dinamismo en el campo de la Educación Ambiental, considerada una política prioritaria por aquel entonces en aquel entorno en el que crecí y que me marcó profundamente.
Creo que para alcanzar una conservación real de la biodiversidad y unos criterios de sostenibilidad en la actividad humana es fundamental el papel de la sociedad, y en ese sentido creo que el trabajo que realizamos desde el CEIDA sí que contribuye a una mejora de la conciencia global y a esa transformación social tan necesaria. Por supuesto siempre tienes la aspiración de poder tener mayor alcance y llegar a más gente puesto que aunque el esfuerzo es grande los avances son más lentos de lo deseable. En este sentido, creo que es necesario hacer un mayor esfuerzo educativo en los niveles de toma de decisiones y no sólo entre la comunidad educativa o el ciudadano de a pie.
¿Cómo decidiste entrar a formar parte de al Centro de Extensión Universitaria de Divulgación Ambiental de Galicia (CEIDA)? ¿Qué te movió para entrar a formar parte del centro? ¿De qué acciones o campañas de divulgación en los que has participado estás más orgulloso?
He nacido y residido casi toda mi vida a muy poca distancia del Castillo de Santa Cruz, la espectacular fortaleza del siglo XVI enclavada en una isla en la ría de A Coruña y que constituye la sede del CEIDA desde los años 90. Sabiendo además que era la sede de un centro de referencia en materia ambiental, mi vocación desde niño, es fácilmente entendible que haya sido un lugar muy atractivo para mí desde hace mucho tiempo.
En 2016 decidí dar un cambio a mi trayectoria laboral, hasta entonces en la empresa privada, y tuve la suerte de poder entrar en el equipo del CEIDA ese mismo año, y desde entonces estoy muy contento de haber podido participar en un gran número de actividades. Entre estas, estamos especialmente contentos del trabajo de concienciación y transformación social en torno al respeto y conocimiento de la biodiversidad marina y litoral que estamos realizando gracias al apoyo de la Fundación Biodiversidad a varios de nuestros proyectos, entre ellos "Un mar de vida para la ciudadanía". Además y de manera más general, el trabajo con los más pequeños, aunque en ocasiones estresante, es siempre muy satisfactorio.
El proyecto GARTABRO ha tenido como objetivo sensibilizar a la sociedad en su conjunto y a colectivos específicos relacionados con el medio marino acerca del valor de la biodiversidad y servicios de los ecosistemas litorales y marinos y el patrimonio marítimo del Golfo Ártabro ¿Qué retos conlleva trabajar en este ámbito y llevar a cabo campañas de sensibilización específica para el colectivo de pescadores y acuicultores?
A la hora de trabajar con el colectivo de pescadores y acuicultores es habitual escuchar comentarios sobre la dificultad de trabajar con el sector o que son gente muy complicada. Es cierto que en ocasiones es complicado acceder al colectivo, por sus distintos ritmos horarios y porque en ocasiones se muestran recelosos por haber sido un colectivo maltratado en ocasiones. Pero eso no implica que sea un colectivo de gentes hurañas y complicadas: como cualquier otro sector, es importante plantear las colaboraciones de manera honesta y de frente, manteniéndolos informados de manera clara y directa y tratando de buscar puntos en común. El reto es ser capaz de hacer llegar esa información de manera clara y hacer ver que el objetivo de conservar el medio marino es un objetivo común que nos beneficia a todos.
De las 3 campañas de sensibilización que habéis realizado dirigidas a diferentes sectores de la ciudadanía: gran público, colectivo de pescadores y acuicultores, y sector turístico. ¿Cuál de estos grupos está más concienciado? ¿Qué opinas sobre la labor que realiza el profesorado en el campo de la sensibilización ambiental? ¿Cómo se podría mejorar?
Realmente hemos visto que todos los sectores muestran un buen grado de concienciación, aunque obviamente siempre es mejorable.
Dentro del sector pesquero y acuícola hay de todo, pero existe un buen número de profesionales que son los primeros en darse cuenta de que sin un medio marino sano ellos serán los principales perjudicados. Es importante ayudar a esta parte más concienciada a transmitir ese mensaje, así como visibilizar y poner en valor aquellas iniciativas de éxito para que calen en el resto del colectivo.
El sector turístico está en constante ebullición y es cada vez más consciente de que el turismo de sol y playa no es suficiente, lo que está ayudando a que surjan nuevas experiencias de turismo sostenible: gastronómico, marinero, ornitológico.
En lo referente al público general y a la comunidad educativa hemos detectado un elevado grado de concienciación entre las personas que han participado en el proyecto, que tal vez no lo sea tanto a una escala más amplia. Pero hemos detectado también un gran desconocimiento de los valores de la biodiversidad de nuestro entorno más próximo y de los servicios básicos que presta para nuestro bienestar. En el Golfo Ártabro más de 600.000 personas conviven con grandes poblaciones de aves marinas, delfines y ballenas, riquísimos ecosistemas litorales como praderas marinas, sistemas dunares, lagunas costeras, etc. y pese al tenerlo al lado de casa y ser tan importantes para su calidad de vida, no tienen ni idea de su existencia. Su divulgación y puesta en valor ha sido uno de los retos de este proyecto. Hemos detectado un grandísimo interés y emoción entre el alumnado participante en la campaña educativa, y en lo que se refiere al profesorado la respuesta ha sido desigual, siendo también patente la carencia de información específica sobre estos temas, ausentes del currículo escolar.
¿Qué mensaje lanzarías a la sociedad para concienciar?
Conservar la biodiversidad no es conservar plantas y animales: es conservar nuestra salud, educación, economía, bienestar y calidad de vida.