Victoria Fernández González, directora del proyecto AIRAM: “El cultivo de anfípodos asociado al cultivo de peces en el mar permitiría que los nutrientes que de otra forma se perderían en el medio marino, sean reciclados”

Victoria Fernández González, investigadora y profesora asociada de la Universidad de Alicante

El proyecto AIRAM tiene como objetivo final impulsar una actividad acuícola más sostenible, y para ello se centra en el estudio del cultivo de anfípodos, capaces de aprovechar el exceso de comida que los peces no se comen. Descubrimos con Victoria Fernández González, de la Universidad de Alicante, más sobre este proyecto centrado en innovación acuícola.

Empecemos por el principio. ¿Qué es un sistema de acuicultura multitrófica integrada?

Es un sistema productivo que consiste en la combinación de un cultivo de una especie que es alimentada con pienso, normalmente peces o crustáceos, con el cultivo de otras especies secundarias que son capaces de aprovechar los residuos generados por el cultivo principal, y que a su vez tiene un valor económico.

¿Cuál es el papel de los anfípodos en la actividad acuícola? ¿De qué manera pueden los anfípodos generar una mejora del impacto ambiental en la acuicultura?

Los anfípodos son capaces de aprovechar el exceso de comida que los peces no se comen. Las instalaciones de acuicultura son uno de los hábitats con mayor abundancia de anfípodos del mundo. El cultivo de anfípodos asociado al cultivo de peces en el mar permitiría que los nutrientes que de otra forma se perderían en el medio marino, sean reciclados, evitando su acumulación en el fondo marino y su contaminación.

Usted imparte clase en el grado de Gastronomía y artes culinarias y AIRAM va a estudiar su aplicabilidad en gastronomía y nutrición humana. Cuéntanos más sobre esta parte del estudio.

Los anfípodos tienen buenas características nutricionales, son ricos en proteínas, minerales y ácidos grasos omega-3. En el proyecto, efectivamente, estamos realizando diversos análisis químicos y microbiológicos para ver si los anfípodos cumplen con los requerimientos normativos y, dependiendo de los resultados, si podrían ser usados como ingrediente o complemento apto para consumo humano.

Además del trabajo realizado en AIRAM, ¿qué líneas de investigación protagonizan los avances hacia una acuicultura más sostenible?

El proyecto AIRAM se centra en avanzar en la sostenibilidad ambiental de la acuicultura. En este sentido, creo que las principales líneas de investigación están en la búsqueda de ingredientes alternativos que permitan reducir la dependencia de harina y aceite de pescado procedente de pesca extractiva y en la diversificación hacia especies de menor nivel trófico. No obstante, cuando hablamos de sostenibilidad, no debemos olvidar que también es importante garantizar la sostenibilidad social y económica, que en mi opinión, pasa por aumentar el conocimiento que el público general tiene sobre la acuicultura y proporcionar un valor añadido a los productos procedentes de esta.

En su opinión, ¿cómo valora la presencia y evolución de la investigación en el sector acuícola?

Para mí es muy necesaria, ya que el sector acuícola es uno de los sectores productivos más importantes y debe estar a la vanguardia de los avances científico-tecnológicos que mejoren u optimicen sus procesos.

Y en relación a la aceptación que la sociedad tiene de los productos acuícolas, ¿cuál es su valoración y qué se debe modificar para mejorarla?

Como mencionaba anteriormente, creo que aumentar el conocimiento que el público general tiene sobre la acuicultura, a través de campañas divulgativas o abriendo el sector al público, son acciones que beneficiarían la imagen del sector. Si bien es cierto actualmente, cada vez más consumidores/as que apuestan por especies cultivadas como primera opción de compra para la ingesta de proteína animal.

La Universidad de Alicante ha impulsado casi una decena de proyectos a través del Programa Pleamar. Si tuviera que indicar una característica, ¿qué hace especial al proyecto AIRAM?

El proyecto AIRAM supone un gran reto a nivel operativo, con varias campañas de muestreo en un corto periodo de tiempo, y con una gran amplitud de análisis químicos, microbiológicos y biotecnológicos como eje del proyecto. Esto se une a que es un proyecto en el que colaboramos por primera vez varios departamentos de la Universidad, lo que conlleva una labor de coordinación muy enriquecedora, ya que estamos explorando nuevas vías de interactuación entre departamentos de una misma entidad.