Antonio Punzón Merino, investigador del IEO: “Con IMPALHA, queremos saber cómo impacta el palangre en los hábitats bentónicos para poder proponer medidas que fomenten un desarrollo sostenible de esta actividad pesquera en áreas marinas protegidas”
Antonio Punzón Merino, investigador del IEO y director del proyecto IMPALHA
Frente a otros estudios centrados en el análisis de la pesca de arrastre, el proyecto IMPALHA, impulsado en la convocatoria 2021 del Programa Pleamar, analizará el impacto del palangre en hábitats bentónicos del Mar Cantábrico. En este momento, el equipo del Instituto Español de Oceanografía implicado está trabajando en las cartografías finales de estos hábitats, fase previa al análisis de la interacción del aparejo con el fondo mediante ROV. Antonio Punzón Merino, investigador del IEO y director del proyecto, revela cómo se llevará a cabo este análisis y comparte algunos detalles de esta iniciativa y de su vinculación al LIFE INTEMARES, así como de la actividad científica dirigida a la conservación y protección del medio marino.
Desde que inició su carrera profesional, ¿cómo ha evolucionado el estudio, seguimiento o monitorización de la actividad pesquera en el Cantábrico?
Los cambios han sido profundos y siempre dirigidos a integrar la actividad pesquera, tanto su análisis como su gestión, desde una perspectiva global. Se ha llegado a esta aproximación recorriendo un largo camino. Primeramente, con un análisis por separado de la actividad pesquera y el ecosistema, pasando posteriormente a analizar la actividad pesquera como el elemento determinante del ecosistema. En la actualidad, estudiamos la pesca y el ecosistema de forma integrada, analizando simultáneamente la evolución espacio-temporal de los procesos climáticos, oceanográficos, pesqueros, biológicos y ecológicos. La actividad pesquera es una actividad antropogénica, capaz de alterar el medio, y su evolución y desarrollo es consecuencia del estado y los cambios que se producen en el ecosistema.
¿Cómo ayudan al investigador las nuevas tecnologías para estos estudios?
En este campo, las nuevas tecnologías actúan sobre tres aspectos, fundamentalmente. El primero está asociado a las nuevas herramientas de monitorización de las pesquerías con los sistemas de seguimiento, como los VMS, AIS o GPRS, y la automatización de la recogida de estadísticas pesqueras (libros de pesca electrónicos o notas de venta). Por otro lado, la mejora tecnológica en los sistemas de observación del medio marino y la reducción en la huella de impacto en su uso, tanto en el desarrollo de nuevos muestreadores como en la construcción de los nuevos buques de investigación. Y todo esto viene de la mano de un incremento exponencial de la capacidad de computación y el desarrollo de nuevos procesos de análisis asociados a la minería de datos y a la inteligencia artificial, que nos permiten no solo analizar de forma inmediata cundo no en continuo gran cantidad de datos, si no que cada vez tenemos mayor capacidad para analizar simultáneamente muchas variables y simular muchos escenarios.
Esto se traduce en que cada vez trabajamos con más precisión, maximizando la protección de los hábitats y minimizando los efectos sobre las actividades económicas, en este caso la pesca. Ahora podemos precisar dónde se producen los solapamientos entre la presión y los hábitats, y conocer a partir de qué nivel de presión el hábitat está adversamente afectado.
Se va a estudiar el impacto del palangre de fondo en hábitats bentónicos, ¿qué esperáis encontraros?
El origen del proyecto IMPALHA es resolver las incertidumbres que tenemos, muchas derivadas de que la mayoría de los estudios se centran en el arrastre, acerca de cómo se produce el impacto del palangre en los hábitats bentónicos y cuantificarlos. Por lo que resulta difícil saber qué nos vamos a encontrar. Por decirlo de otra forma: tenemos bastante claro el camino que debemos seguir pero desconocemos hacia donde nos lleva. Y como pasa casi siempre en ciencia, cuando lleguemos, casi seguro que nos surgirán nuevas preguntas.
Esperamos obtener las respuestas que nos permitan proponer medidas que fomenten un desarrollo sostenible de esta actividad pesquera en áreas marinas protegidas y adquirir conocimientos suficientes para el desarrollo futuro de estrategias de mitigación, haciendo que el modelo sea exportable a otras zonas.
¿Cuáles son los hábitats bentónicos más vulnerables a causa de esta actividad?
Buena pregunta. La vulnerabilidad tiene tres componentes, la sensibilidad del hábitat a la presión, la exposición, es decir si coinciden espacio-temporalmente, y la mitigación. Atendiendo a las dos primeras, la gran duda la tenemos en cuantificar la sensibilidad del hábitat a la presión, y es en lo que vamos a centrar una parte de los esfuerzos. En cuanto a la exposición, a falta de tener las cartografías finales de hábitats bentónicos (una de las actividades de la presente fase del proyecto), y conociendo la distribución de las pesquerías (trabajo casi finalizado en la presente fase del proyecto), creemos que los hábitats más expuestos a esta actividad van a ser los de Dendrophyllia cornigera, esponjas Litistidas y Asconema setubalense. Los tres tienen tamaños y características biológicas y ecológicas muy distintos, por lo que la sensibilidad seguro que es muy distinta entre ellos.
En cuanto a la mitigación, cuando en la segunda fase analicemos mediante un ROV cómo interaccionan los distintos elementos del aparejo con el fondo, y si existe desplazamiento del mismo, podremos diseñar, si fuera necesario, futuros experimentos para desarrollar este tipo de estrategias que reduzcan el impacto.
¿Cómo impacta el palangre de fondo sobre el medio marino en comparación con otras artes de pesca?
No me gusta hablar de comparaciones entre artes de pesca, sería caer en el riesgo de hablar de artes malos y buenos. Cualquier actividad humana, sea del tipo que sea, modifica el medio. La alteración del medio, en este caso los hábitats bentónicos, depende en gran medida de la sensibilidad del hábitat y de la capacidad de abrasión de cada arte. Bien sea por los tipos de fondo o por medidas de regulación, no hay superposición de las actividades pesqueras que interaccionan con el fondo, por lo tanto explotan hábitats diferentes. Y aunque las generalizaciones son peligrosas, por ejemplo, los palangres y enmalles pueden trabajar sobre sustratos rocosos, que son muchas veces más sensibles a las presiones físicas, pero la abrasión que generan estos aparejos, al menos en un principio, es menor. Mientras, la capacidad de abrasión del arrastre es mayor y, aunque existen hábitats muy sensibles en las zonas sedimentarias, las zonas donde trabaja el arrastre en general son menos sensibles.
Para hacernos una idea, ¿qué especies comerciales son las objetivo del palangre de fondo y qué porcentaje representan del total en nuestro país?
En la zona del Mar Cantábrico las principales pesquerías de palangre son las dirigidas a la merluza (Merluccius merluccius), al congrio (Conger conger), a la locha (Phycis blennoides) y al abadejo (Pollachius pollachius). Antes de su colapso, había además una importante pesquería dirigida al besugo (Pagellus bogaraveo), pero las capturas empezaron a escasear y la actividad comenzó a desarrollarse solo en Navidad, cuando el precio compensaba las bajas capturas.
En el caso del abadejo y el congrio, en el Mar Cantábrico casi todas las capturas se realizan con palangre. En el caso de la merluza y la locha, es difícil comparar con otras actividades pesqueras, porque aunque las capturas son menores en el palangre, estas especies capturadas con este arte de pesca adquieren mayor valor económico por el tipo de pesquería. Esto va a ser uno de los aspectos nuevos en los que vamos a trabajar en este proyecto, analizando cómo se distribuye espacialmente el valor económico de las capturas de palangre.
Entre las acciones planteadas destaca la campaña BACI. ¿En qué consiste una campaña de investigación BACI (Before-After Control-Impact)?
La base teórica de este tipo de experimentos se basa en realizar un impacto controlado en un sitio del que se conoce el estado de conservación y ver cómo se ha degradado una vez la presión ha terminado. En nuestro caso, recorremos con un ROV las estaciones previamente elegidas para tener una referencia de la calidad del hábitat bentónico, posteriormente ocasionamos un impacto con un barco de pesca profesional en el mismo sitio y, posteriormente, vemos y cuantificamos con el ROV los cambios sufridos por el hábitat. Siempre se eligen espacios en los que la flota de pesca ya trabaja y existe alguno de los hábitats elegidos. Este experimento además se complementa balizando el aparejo de pesca mientras está trabajando en el fondo, lo que nos permite cuantificar su desplazamiento y ver en directo cómo interacciona cada elemento del aparejo con el fondo.
Hay tres aspectos muy delicados en este tipo de experimentos. El primero es que debes hacerlo todo con una precisión espacial excepcional, sino puedes cometer el error de estar evaluando escenarios distintos o puede quedar el ROV enredado en el palangre cuando observas el aparejo calado. Por otro lado, hay que saber cuánto impacto debe ocasionarse para que este sea observable. Y por último, hay que tener en cuenta la climatología, ya que este tipo de muestreadores (ROV), que nos ofrecen unos datos imprescindibles, están muy limitados por la altura de la ola y el viento, por lo que solo pueden ser utilizados en condiciones muy buenas. Todo esto lo hemos aprendido de nuestro anterior trabajo con el enmalle y esperamos que nos permita una mejora sustancial en el diseño del presente experimento.
¿Hacia dónde deben encaminarse las acciones de mitigación del impacto pesquero en estas áreas?
La palabra mitigación implica que, manteniendo la actividad, se reduce el impacto sobre el hábitat o las capturas deseadas. Generalmente, en el caso del palangre, las medidas de mitigación han estado encaminadas a evitar capturas de especies como las tortugas o las aves, pero hay muy poco conocimiento sobre cómo se podría mitigar la interacción con los hábitats bentónicos. Probablemente, puedan ir encaminadas a evitar el efecto del arrastre cuando es largado o virado el aparejo, reducir la superficie de contacto de los pesos que sirven para fijar el aparejo –más conocidos como “muertos”- con el fondo, y reducir la probabilidades de enganche con anzuelos o partes aéreas del aparejo, o si se produce que sea fácil liberarse sin romper por ejemplo el coral. Pero este tipo de medidas requieren de estudios específicos, porque no sólo hay que evaluar las medidas de mitigación sobre los hábitats sino que esa misma medida debe garantizar la viabilidad económica de la actividad.
¿Cómo apoya IMPALHA al proyecto LIFE INTEMARES?
El resultado del proyecto IMPALHA está íntimamente ligado a algunos aspectos esenciales de proyecto LIFE INTEMARES: el apoyo a los planes de zonificación, el asesoramiento científico al desarrollo de los planes de gestión participativos y la obtención del conocimiento necesario para que en otras AMP, con información de la actividad pesquera y sus hábitats, se puedan desarrollar las primeras fases de los planes de gestión, agilizando el proceso de protección y garantizando la explotación sostenible de la zona. Además, el proyecto IMPALHA contribuye de forma determinante a la transparencia de todo el proceso de creación de un plan de gestión, al dirigir una parte importante de sus actividades a la divulgación de las metodologías y términos utilizados en este tipo de procesos.