Avances en materia de teledetección como herramienta de protección en las granjas acuícolas

Jueves, 27 Febrero 2025
Granja acuícola.

 

El proyecto SIRENA ha dado un paso importante en la protección de las granjas acuícolas mediante el uso de la teledetección para identificar eventos que puedan resultar perjudiciales, como los afloramientos masivos de algas o los vertidos de hidrocarburos. En este contexto, los investigadores están utilizando herramientas de última generación para monitorear la zona sureste de Gran Canaria, donde el área de estudio abarca unos 142 kilómetros cuadrados.

Para llevar a cabo la teledetección, el proyecto emplea dos tipos de sensores provenientes del programa europeo Copernicus de observación de la Tierra: el sensor radar (Sentinel-1) y el sensor óptico (Sentinel-2). Ambos sensores permiten obtener imágenes de alta resolución para monitorear el estado de las aguas y detectar posibles eventos nocivos. Mientras que el sensor radar tiene una frecuencia de adquisición de imágenes de entre tres a cinco días, el sensor óptico obtiene imágenes cada cinco días.

Las imágenes se descargan y procesan en el laboratorio de teledetección del Instituto Universitario ECOAQUA de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), donde se aplican algoritmos y correcciones que identifican posibles vertidos de hidrocarburos o afloramientos de algas. En los últimos meses de 2024, se procesaron 24 escenas de Sentinel-1 (radar) y 68 escenas de Sentinel-2 (óptico), sin detectar eventos nocivos en el área de estudio. Sin embargo, se encontró presencia de cianobacterias Trichodesmium al sur de Gran Canaria, fuera de la zona de interés, a principios de octubre.

Si se detectara un evento nocivo dentro de la zona de estudio, las manchas de posibles afloramientos o vertidos serían aisladas y se integrarían en modelos de predicción que se están desarrollando. Estos modelos, que proporcionarán información sobre la evolución de los eventos en las siguientes 72 horas, permitirán tomar medidas preventivas para minimizar los impactos, no sólo en las granjas acuícolas, sino también en la conservación del medio ambiente costero. Estos modelos serán validados con observaciones oceanográficas in situ a medida que avanza el proyecto.