Corales, gorgonias y esponjas son los principales organismos constituyentes de los ecosistemas marinos vulnerables, no sólo en el mar Mediterráneo, sino en todo el planeta. Gracias a su complejidad estructural, crean un hábitat y lugar de refugio adecuados, así como zonas idóneas para la alimentación y reproducción para centenares de especies marinas, muchas de las cuales son de interés comercial.