Investigación en la penumbra del Mar de Alborán

Jueves, 17 Noviembre 2022
Uno de los investigadores del proyecto observa los corales Dendrophyllia ramea y Leptogorgia sarmentosa en la comunidad conformada en la zona de transición entre el entorno rocoso mesofótico y arenas finas.

 

El mar de Alborán se sitúa en la parte más occidental del Mediterráneo, entre el estrecho de Gibraltar y el cabo de Gata. Como se trata de un mar de transición entre el Mediterráneo y el Atlántico está catalogado como  hotspot (un punto caliente de biodiversidad). Un rasgo que potencia tanto fenómenos oceanográficos como afloramientos de entornos submarinos mesofóticos que aportan importantes volúmenes de nutrientes.

 

Pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de entornos submarinos mesofóticos? Pues precisamente al ámbito marino de penumbra donde la luz se ve atenuada por efecto de la profundidad. Es en estas aguas donde habitan desde algas y especies fotosintéticas, hasta comunidades dominadas por corales o esponjas.

 

El entorno mesofóticos del mar de Alborán se extiende aproximadamente entre los 30 y los 150 metros de profundidad, por lo que para desarrollar el proyecto MESO_Alborán ha sido necesario el uso de un ROV (vehículo de operación remota) para poder explorar esta área en óptimas condiciones. Asimismo, ha resultado fundamental la acción de los propios investigadores, quienes han realizado inmersiones de buceo con mezclas de gases y han recogido una importante colección de muestras biológicas. ¿La buena noticia? Se estima que podría haberse detectado un importante número de nuevas especies.

 

Y es que gracias al proyecto MESO_Alborán han sido efectuadas una serie de campañas de exploración en ocho entornos de la cuenca del Mar de Alborán, aledaños a zonas protegidas existentes o de especial potencial para constituir nuevas áreas a proteger. Nos estamos refiriendo a los entornos localizados en Ceuta, Melilla, Málaga, Granada e islas Chafarinas. Con estas áreas se ha podido generar un marco en el que se han integrado observaciones tanto de la fachada europea como de la fachada africana de este mar.

 

Resulta imprescindible exponer que en estos entornos se ha encontrado una elevada densidad de especies incluidas en listados y catálogos de protección especial, tanto del ámbito autonómico como del nacional y el internacional, por actuar como importantes reservorios poblacionales. Por ejemplo, pueden destacarse los grupos de gorgonia látigo (Ellisella paraplexauroides) localizados en Granada y en Melilla. ¿El motivo? Esta especie, que puede alcanzar los 2 metros de altura, constituye una verdadera reliquia de tiempos geológicos del Mediterráneo, cuando este era un mar tropical.

 

Con todo, se han detectado profundos impactos antrópicos con múltiples orígenes y elevado poder destructivo. Lo que manifiesta la acuciante necesidad de comprensión, protección y gestión de estas zonas de penumbra, remotas físicamente para la sociedad, pero de gran trascendencia para el desarrollo sostenible. Ahora que conocemos la importancia de estas aguas para la perdurabilidad de actividades ligadas a la economía azul, podemos aportar pruebas y argumentos con los que preservar mejor el mar de Alborán.