¿Cómo interaccionan las aves marinas con las actividades pesqueras y acuícolas? El proyecto AMARYPESCA arroja luz sobre el impacto de estas actividades y el papel de la RAMPE en la conservación de las aves marinas
¿Qué es la RAMPE?
La Red de Áreas Marinas Protegidas de España (RAMPE; Ley 41/2010, del 29 de diciembre, de protección del medio marino) está compuesta por espacios protegidos situados en el medio marino español, y su objetivo principal es asegurar la protección, conservación y recuperación del patrimonio natural y de la biodiversidad marina española. La RAMPE engloba diferentes figuras de protección: Áreas Marinas Protegidas (AMP), Zonas Especiales de Conservación (ZEC), Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Reservas Marinas, entre otras (Figura 1; para más información, consultar aquí). No obstante, muchos de estos espacios no tienen planes específicos de gestión que tengan en cuenta aspectos tan relevantes como las interacciones entre las aves marinas y las actividades pesqueras y acuícolas.
¿Qué persigue el proyecto AMARYPESCA?
“AMARYPESCA: Las aves marinas como instrumento para la mejora de la gestión pesquera y acuícola en el contexto de una RAMPE sostenible” es un proyecto que hemos desarrollado desde el Grupo de Ecología de Aves Marinas, de la Facultad de Biología y el Instituto de Investigación de la Biodiversidad (IRBio) de la Universitat de Barcelona, junto con nuestra entidad socia, la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE), y nuestra entidad colaboradora, el Instituto Español de Oceanografía (IEO).
Mediante este proyecto, hemos investigado el papel de la RAMPE en la conservación de las aves marinas en el Levante español y las Islas Canarias, teniendo en cuenta cómo, dónde y cuándo interactúan estas aves con las embarcaciones pesqueras y las piscifactorías.
AMARYPESCA se enmarca en la convocatoria 2019 del Programa pleamar, que cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad, del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, y está cofinanciado por el Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP).
¿Cómo se estudia el movimiento de las aves marinas? ¿Y las interacciones con embarcaciones pesqueras y piscifactorías?
Para alcanzar los objetivos del proyecto AMARYPESCA, hemos estudiado diversas especies de aves marinas (se pueden consultar aquí, en la publicación titulada “La Red de Áreas Marinas Protegidas de España y la conservación de las aves marinas. Obtención de datos) y hemos empleado distintas metodologías.
Por un lado, los dispositivos de seguimiento remoto son excepcionalmente útiles para investigar los movimientos y la distribución de las aves marinas, ya que registran la posición del animal cada pocos minutos, permitiendo estudiar el uso que hacen de la RAMPE y de las piscifactorías, así como caracterizar sus interacciones con embarcaciones pesqueras. Para ello, hemos hecho un intenso seguimiento de los movimientos de estas aves marinas durante el año 2020, especialmente en los meses de primavera y verano, cuando éstas incuban sus huevos y crían a sus pollos. Además, en colaboración con otros grupos de investigación y a través de otros proyectos, hemos obtenido datos de la distribución de otras poblaciones de aves marinas, de distintas especies y que se remontan a 2011, para ampliar el alcance de los análisis desarrollados en este proyecto.
Por otro lado, el desarrollo de un novedoso algoritmo que usa 1) datos de seguimiento de embarcaciones pesqueras vía satélite (VMS: Vessel Monitoring System), junto con datos de dispositivos GPS colocados en barcos pesqueros gracias a la colaboración de pescadores, y 2) datos de dispositivos GPS colocados en aves marinas, que informan de su distribución espaciotemporal, ha permitido detectar situaciones en las que un ave está interaccionando con una embarcación (distancia máxima de 1,5 km entre ambos, durante más de 10 minutos y mientras el ave vuela a baja velocidad, que indica que probablemente se está alimentando). Con esta metodología, hemos obtenido una información precisa y detallada sobre dónde, y cuando, y durante cuánto tiempo las aves marinas interaccionan con las embarcaciones pesqueras.
Además, y en relación con las piscifactorías, disponemos de la localización de todas aquellas situadas en el Levante español, para así determinar cuándo un ave equipada con un dispositivo GPS las visita. También hemos realizado encuestas a los trabajadores de estas piscifactorías para determinar qué especies son las que acuden a ellas.
Resultados y propuestas de gestión de la RAMPE y de las actividades humanas en el mar
Tras analizar el solapamiento entre la RAMPE y la distribución de las aves marinas a lo largo de hasta diez años, observamos que la mayoría de las áreas de alimentación de estas aves se encuentran dentro de alguno de los espacios de la RAMPE, al menos parcialmente (ver Figura 2, a modo de ejemplo con una de las especies estudiadas). En otros casos, hemos detectado áreas de distribución mucho más amplias (Figuras 3 y 4), y también zonas que no están bajo ninguna figura de protección pero son muy importantes para la alimentación de las aves marinas estudiadas, como el golfo de Mazarrón (Figura 5) y las costas de la provincia de Barcelona (Figura 6).
En cuanto a las interacciones con pesquerías, se han detectado interacciones sobre todo con las flotas de arrastre y de cerco, que son las más numerosas, y proporcionan alimento para las aves marinas a través de los descartes en unos momentos fijos y predecibles del día y la noche. Tanto para la pardela cenicienta del Mediterráneo y del Atlántico, como para el cormorán moñudo, una considerable proporción de interacciones con embarcaciones pesqueras ocurren dentro de la RAMPE, especialmente cuando se trata de embarcaciones de arrastre, cerco, y artesanales, que operan más cerca de la costa (Figuras 7a, 7b y 7c). En el caso de otras especies, como la pardela balear (en peligro crítico de extinción según la UICN), sólo una pequeña parte de sus interacciones ocurre dentro de la RAMPE (Figura 8).
En cuanto a las interacciones con piscifactorías, tanto los datos obtenidos a partir de los dispositivos GPS colocados en aves monitorizadas, como los datos obtenidos de las encuestas realizadas a los trabajadores de las piscifactorías, indican la presencia regular de al menos dos especies de aves marinas, la gaviota patiamarilla y el cormorán moñudo.
A la luz de todos estos resultados, podemos afirmar que los espacios RAMPE cubren gran parte de las aguas circundantes a las colonias de cría de las poblaciones estudiadas, lo que podría ser especialmente relevante en especies de poca movilidad durante la época de cría, como la gaviota de Audouin, la gaviota patiamarilla y el cormorán moñudo. No obstante, la mayoría de estos espacios carecen actualmente de medidas de gestión destinadas a la protección de aves en el medio marino, por lo que es necesario dotarlos de planes de gestión que permitan una regulación de las actividades que en ellas se realizan, como la limitación a la pesca recreativa, la obligatoriedad de disponer de medidas de mitigación para reducir las capturas accidentales (líneas espantapájaros o calada nocturna, entre otras, Cortés and González‐Solís 2018), o incluso el cierre temporal a la pesca durante las épocas de cría de ciertas especies de aves marinas. Estas medidas podrían tener un impacto real en las poblaciones de aves marinas españolas, sobre todo en aquellas en las que la mayor parte de las interacciones con embarcaciones se dan dentro de los espacios de la RAMPE.
En el caso de las aves marinas que realizan largos desplazamientos de alimentación y tienen distribuciones amplias y dispersas en zonas pelágicas, como ocurre con el petrel de Bulwer (Figura 4) y las pardelas cenicientas en el Atlántico (Figura 5), las áreas bajo la protección de la RAMPE cubren una pequeña proporción de su distribución, ya que son principalmente zonas costeras. En estos casos, la gestión de las pesquerías y la aplicación de medidas de mitigación que reduzcan el riesgo de captura accidental pueden ser más eficientes que el establecimiento de áreas protegidas costeras.
Por otra parte, las medidas de mitigación en relación con las piscifactorías deben ir encaminadas a evitar cualquier tipo de interacción con las granjas, aun cuando éstas son consideradas positivas, ya que esta fuente de alimento podría generar una dependencia no deseada por parte de ciertas especies. Además, el uso de las granjas por parte de la gaviota patiamarilla puede estar contribuyendo aún más al crecimiento poblacional de esta especie, abundante ya desde la década de los 80 y que tiene consecuencias para otras aves marinas de menor tamaño con las que compite.
Por último, y dada la detección de dos áreas muy utilizadas por las aves marinas, con un elevado riesgo de interacción con pesquerías pero sin ninguna figura de protección, es necesario un nuevo esfuerzo de identificación de áreas importantes para la conservación de las aves marinas en España, en base a datos de seguimiento como los recopilados y los generados mediante este proyecto.
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Pies de figura:
Figura 1. Espacios que forman la RAMPE según la última actualización del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Democrático, en diciembre de 2020. Los diferentes paneles y colores indican las diferentes tipologías de figura de protección.
Figura 2. Mapa de distribución de la pardela cenicienta del Mediterráneo, concretamente la población que cría al noroeste de Menoca (círculo naranja). Los colores muestran el porcentaje de individuos monitorizados que usan cada zona, desde un solo individuo (azul oscuro) hasta todos los individuos (amarillo). Cabe resaltar el gran uso que hacen del canal de Menorca, uno de los espacios de la RAMPE.
Figura 3. Mapa de distribución del petrel de Bulwer, concretamente de la población que cría en el islote de Montaña Clara (círculo naranja). Los colores muestran el porcentaje de individuos monitorizados que usan cada zona, desde un solo individuo (azul oscuro) hasta todos los individuos (amarillo). Mientras que la RAMPE cubre principalmente zonas costeras, estas aves marinas realizan grandes desplazamientos hacia zonas pelágicas.
Figura 4. Mapa de distribución de la pardela cenicienta del Atlántico, concretamente de la población que cría al suroeste de Gran Canaria (círculo naranja). Los colores muestran el porcentaje de individuos monitorizados que usan cada zona, desde un solo individuo (azul oscuro) hasta todos los individuos (amarillo). Mientras que la RAMPE cubre principalmente las zonas costeras de las islas Canarias, estas aves marinas realizan desplazamientos principalmente hacia las costas de Marruecos y Sáhara Occidental.
Figura 5. Mapa de distribución del paíño europeo, concretamente de la población que cría en la isla de Palomas (círculo naranja). Los colores muestran el porcentaje de individuos monitorizados que usan cada zona, desde un solo individuo (azul oscuro) hasta todos los individuos (amarillo). Cabe resaltar el gran uso que hacen del golfo de Mazarrón, un área que no se encuentra actualmente bajo ninguna figura de protección.
Figura 6. Mapa de distribución de la pardela balear, concretamente de la población que cría al oeste de Mallorca (círculo naranja). Los colores muestran el porcentaje de individuos monitorizados que usan cada zona, desde un solo individuo (azul oscuro) hasta todos los individuos (amarillo). Cabe resaltar el gran uso que hacen de las costas de la provincia de Barcelona, otra área que no está bajo ninguna figura de protección.
Figura 7. Interacciones detectadas entre las pardelas cenicientas del Mediterráneo y la flota de arrastre (a), cerco (b) y palangre de superficie (c) en el Levante español y las islas Baleares. El tamaño de los círculos es proporcional a la duración de la interacción. Las líneas de color verde delimitan los espacios de la RAMPE. Cabe destacar que, mientras que gran parte de las interacciones con arrastre y cerco ocurren dentro de la RAMPE, muchas de las interacciones con palangre de superficie ocurren fuera.
Figura 8. Interacciones detectadas entre las pardelas baleares y las flotas de arrastre, cerco, palangre de superficie y artesanal. El color de los círculos indica el tipo de flota, y el tamaño es proporcional a la duración de la interacción. Las líneas de color verde delimitan los espacios de la RAMPE. Cabe destacar que gran parte de las interacciones entre estas aves y las embarcaciones ocurren fuera de la RAMPE.